
Hoy me sucedió algo insignificante en apariencia que gratamente me llevo a reflexionar un tanto de lo que ha sido mi vida en el último año.
Tuve la oportunidad de “toparme”, por aquello que llamamos casualidad, con una persona que tenia exactamente 11 meses sin ver y sin saber nada de el. Compartí con el en total unas tres semanas de nuestras vidas. Recuerdo que fue entre risas, fiestas, amigos y familia. Luego, nunca más lo vi, era así desde un principio, simplemente nos tropezamos en las circunstancias, compartimos, nos hicimos panitas y luego cada cual volvió a la vida que le esperaba en su sitio de retorno. Creo que ninguno de los dos durante este tiempo se llego a preguntar que sería el uno del otro, total... no tenia mucha importancia. Pero hoy nos encontramos nuevamente y aunque fue rápido - solo un saludo amistoso y caballeroso con muy pocas palabras cruzadas - como debía ser, lo importante no fue el hecho sino lo que me hizo recordar y como me transporto en el tiempo. Me hizo reflexionar sobre lo que ha sido de mi vida en poco más de un ano. Ese simple acontecimiento de encontrarme con una persona me hizo sonreír y darme cuenta cuanto he vivido en mis últimos días, me parece que he vivido una década en meses. Y es que he visitado múltiples sitios, conocido muchísima gente – creo que apartando aquellos tiempos en los que era “teacher”, nunca había conocido tanta gente – he hecho muchos amigos y muchas amistades, he recobrado otros tantos buenos que tenia olvidados y otros tanto han salido de mi vida - quizás para volver o quizás solo para ser parte de capítulos ya cerrados - me he vuelto parte dos ciudades que ahora tienen cada una una porción de esa semilla que muchos llamamos “home” y que yo hoy en día debo dividir en tres partes (Maracaibo, Caracas y Bogota), he descubierto nuevas pasiones que me satisfacen plenamente y retomado otras tantas que había olvidado y dejado atrás, he aprendido tanto… tanto… que seria infinito escribir sobre todo ello.
Supongo que todo ese cúmulo de cosas es a lo que llamamos “vida” o “vivir”. Recorrer distintas etapas y aprender en caminos que queramos o no la vida nos empuja a tomar. Lo cierto es que ese casual encuentro, agradable por demás, me hizo darme cuenta que tengo un montón de cosas que contar, un montón de experiencias que compartir, muchísimas personas con las cuales puedo disfrutar, gratos días que me han hecho muy feliz y muchos tantos más por vivir.
Tuve la oportunidad de “toparme”, por aquello que llamamos casualidad, con una persona que tenia exactamente 11 meses sin ver y sin saber nada de el. Compartí con el en total unas tres semanas de nuestras vidas. Recuerdo que fue entre risas, fiestas, amigos y familia. Luego, nunca más lo vi, era así desde un principio, simplemente nos tropezamos en las circunstancias, compartimos, nos hicimos panitas y luego cada cual volvió a la vida que le esperaba en su sitio de retorno. Creo que ninguno de los dos durante este tiempo se llego a preguntar que sería el uno del otro, total... no tenia mucha importancia. Pero hoy nos encontramos nuevamente y aunque fue rápido - solo un saludo amistoso y caballeroso con muy pocas palabras cruzadas - como debía ser, lo importante no fue el hecho sino lo que me hizo recordar y como me transporto en el tiempo. Me hizo reflexionar sobre lo que ha sido de mi vida en poco más de un ano. Ese simple acontecimiento de encontrarme con una persona me hizo sonreír y darme cuenta cuanto he vivido en mis últimos días, me parece que he vivido una década en meses. Y es que he visitado múltiples sitios, conocido muchísima gente – creo que apartando aquellos tiempos en los que era “teacher”, nunca había conocido tanta gente – he hecho muchos amigos y muchas amistades, he recobrado otros tantos buenos que tenia olvidados y otros tanto han salido de mi vida - quizás para volver o quizás solo para ser parte de capítulos ya cerrados - me he vuelto parte dos ciudades que ahora tienen cada una una porción de esa semilla que muchos llamamos “home” y que yo hoy en día debo dividir en tres partes (Maracaibo, Caracas y Bogota), he descubierto nuevas pasiones que me satisfacen plenamente y retomado otras tantas que había olvidado y dejado atrás, he aprendido tanto… tanto… que seria infinito escribir sobre todo ello.
Supongo que todo ese cúmulo de cosas es a lo que llamamos “vida” o “vivir”. Recorrer distintas etapas y aprender en caminos que queramos o no la vida nos empuja a tomar. Lo cierto es que ese casual encuentro, agradable por demás, me hizo darme cuenta que tengo un montón de cosas que contar, un montón de experiencias que compartir, muchísimas personas con las cuales puedo disfrutar, gratos días que me han hecho muy feliz y muchos tantos más por vivir.
1 comentario:
la grata sensacion de soltar historias, es lo que hace que seamos distintos al tener ciertas perspectivas que, por mas egocentrico que suene, no todos entienden.
el soltar historias no solo es venir y escribirlas, sino esa vision de lo que se recorre hasta cierto punto, y cuando al final la sensacion es placentera no se puede evitar sonreir y escribir al respecto.
como no decir que me identifique con este post, si es lo que hago todos los dias.
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